domingo, 20 de junio de 2010

Seven

1. Desde hacía meses sus horarios habían cambiado. Antes, sus días pasaban de casa al trabajo y viceversa. Uno tras otro, iguales. Ahora, cada vez llegaba más tarde a casa, sin necesidad de dar explicaciones. Se quitaba la ropa, se metía en la cama y no decía nada. Aún se podía oler el perfume de mujer que le impregnaba. Dormía placidamente tras un largo día y mientras su esposa acostada a su lado, despierta, no decía nada.


2. Mmm...me apetece un postre. Estoy llena pero la tarta de chocolate tiene una pinta...Quizás ha sido demasiada comida, no sé...Pero un día es un día, ¿no? No suelo pedirme postre, pero...Bueno si me sobra algo se lo puede comer él. Aunque luego me pasa que me arrepiento. Cojo el postre con muchas ganas y al final acabo más llena de lo normal. Pero igual hoy no...Venga, me lo pido.
Maldita sea, no quiero más...


3. Se dice que la fortuna del sultán de Brunéi se estima en 20 mil millones de dólares, o al menos así lo asegura la conocida revista Forbes. Ha llegado a considerarse la persona con más dinero del planeta. Sin duda, hoy en día es el monarca más rico, superando 36 veces a la Reina de Inglaterra, Isabel II.
El sultán es conocido por su lujoso y extravagante estilo de vida. Es propietario del Hotel Palace de Nueva York, su palacio es más grande que el Vaticano, con una sala de banquetes con capcidad para 5.000 personas, el mismo número de coches deportivos y de lujo que tiene.
Y nosotros a verlas venir.


4. Este es uno de esos días en los que te cuesta levantarte de la cama. No es un día especial, no ha ocurrido nada nuevo. Así que realmente no hay motivo para tanta desazón, pero no se puede evitar. Tu familia pasa por allí y te informa muy claramente de todo lo que hay que hacer ese día, a veces con amenaza incluida, pero la indifencia te corroe y lo último que apetece es levantarte de tu cómoda cama, en la que al menos sabes que no te tienes que preocupar por nada.


5. Una especie de fuerza le revolvió por dentro. No podía aguantar más la situación. Estaba harto de escuchar todos esos consejos bienintencionados que sólo conseguían sumirle más en una profunda tristeza. La había cagado, lo sabía y sabía que no tenía arreglo. Pero aún así no quería oírlo. No quería escuchar nada más sobre el tema, pero ellos no parecían pensar en otra cosa. Sabía que en el fondo trataban de ayudarle, pero no lo conseguían. Al coger el abrigo para marcharse de allí tiró una silla a su paso ni siquiera se molestó en recogerla. ¿Para qué?


6. No digo que me moleste, sólo digo que hacer ostentación de ello me parece vulgar. No sé, ¿para qué tiene que contarnos con todo lujo de detalles sus carísimas vacaciones? Normal que se lo pasara bien y esté emocionada, todas lo estaríamos con ese novio que tiene que es un portento y con ese tren de vida que llevan, ¡no te fastidia! No digo que no se lo merezca, pero es de ese tipo de gente a la que todo le sonrie y así cualquiera, claro.


7. - Simplemente tengo razón y lo sabes. Y si no lo sabes el problema deja de ser mío y es sólo tuyo -concluyó él.
- Vaya, olvidaba que siempre tenías razón -replicó su hermano con sarcasmo.
- No siempre, pero la mayoría de las veces, sí.
- ¿Sabes qué decía San Agustín? "La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano."
- Y tenía razón. Como yo ahora mismo.

2 comentarios:

  1. Qué de posts nuevos!

    Pues me han gustado mucho los relatos cortos, que además se leen muy cómodamente. El 5 y el 7 me los reservo para mí jeje pero el 2 y el 4 son todos para tí (como el postre)... :P

    Sigue así que da gusto leerte!
    TQM!!!

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  2. Muy buenos los relatos pequeña, cortos y fáciles de leer, sigue poniendo cositas.
    Que sí, que ya voy, que ya actualizo.
    Un besito!

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