domingo, 10 de octubre de 2010

Historias en miniatura


Como detenidos en el tiempo y a pesar del bullicio de platos, cubiertos y conversaciones mundanas, un silencio asfixiante se había apoderado de ellos. La palpable tensión por fin se rompió con una implacable explicación.
- No sé si me importas lo suficiente para quedarme.
De forma casi automática, los ojos de ella se llenaron de lágrimas al decir esas palabras. Sin embargo, en un despliegue de orgullo, tratando de preservar un comedimiento del que no siempre había hecho gala, él replicó contundentemente:
- Pues entonces está claro, simplemente márchate.
Y sin decir nada más, ella salió de aquel bar rumbo a una nueva vida.

3 comentarios:

  1. Si, si, todo muy triste y tal pero... quién pagó la cuenta??? :P Parece que encima que le dejan, le toca pagar!

    Bueno esta chulo el relato, sigue escribiendo!

    Te quiero mucho!!! :)

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  2. Visto lo visto, este relato me da para un Elige tu propia aventura:

    - Si crees que no llegaron a pedir nada, ve a la página 25.
    - Si crees que él, compungido por la pérdida, hizo un "simpa", ve a la página 32.
    - Si crees que, como es un pringao, le toco pagar, tal vez estás en lo cierto.

    Jujuju, escribir saca lo peor de mí...

    Respondido quedas, subversivo malandrín.

    Muaaaa!!

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  3. Página 231: Sentado delante de un café ya frío miró la silla vacía que ella había dejado al marchar y pensó: "La vida es una dura derrota tras otra hasta que terminas deseando que se muera Flanders".

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