martes, 26 de enero de 2010

Días de nieve y estudio...

El encierro impuesto que suponen los exámenes te hace reflexionar. Es inevitable, te pones con toda tu candidez a estudiar el papel de la prensa durante el siglo XVIII en Europa y es que la cabeza se pone a dar vueltas sin control y los pensamientos a volar lo más lejos posible, huyendo desesperados del tedio al que se les está sometiendo.

Y vosotros, amables y simpáticos lectores os preguntareis con mucha razón ¿Y a mí que narices me importa el papel y el desarrollo de la prensa durante el siglo XVIII en Europa? Nada en absoluto, lo mismito que a mí. Pero yo, a diferencia de algunos de vosotros (porque este es un blog ciertamente sectario muahaha) estudio periodismo y, por lo visto, la carrera exige que conozca títulos de periódicos que duraron alrededor de 3 o 4 números en un pueblecito perdido de Francia. Su utilidad para el futuro es indiscutible, como podéis ver, porque a veces las preguntas del Trivial son de lo más rebuscadas y endiabladamente puñeteras.

¡Y aquí llegamos al quid de la cuestión! (que no es el Trivial, así que prestad atención) He pasado los últimos 5 años de mi vida estudiando temas y materias completamente inútiles tanto en el plano profesional como intelectual. Hace un par de años que vengo notando esa especie de cansancio, hartazgo y aburrimiento generalizado entre mis compañeros pero, es ahora, a punto de salir al maravilloso mercado de la precariedad, cuando soy verdaderamente consciente de ello.

Pero no os preocupéis, tengo un plan. Trataré de aplicar todos los conocimientos que efectivamente no he aprendido en esta, nuestra maravillosa facultad y, al final, me irá bien y todo, ya veréis.

Si habéis conseguido leer hasta el final esta jocosa a la par que deprimente reflexión aún hay esperanza para vosotros. Si, en cambio, os habéis dormido encima del teclado, no me lo digáis, prefiero pensar que aún hay esperanza para vosotros también :-P (o lo achacaré al déficit de sueño de taaaanto estudiar, una de dos).

¡Suerte a todos con los exámenes!

En la realización de este post no ha sido herido ningún profesor ni ningún funcionario universitario. La administradora de este blog se hace completamente responsable de sus opiniones pero no de las de los adorables chalados que comentan en su blog. También asegura que, para ser justos, "algo" si que ha aprendido durante la carrera. Sin embargo, ahora se encuentra incapaz de poner ejemplos.

lunes, 18 de enero de 2010

Always Up...up in the air...

Tras un precioso e inspirador mensaje, la falta de sueño y la necesidad de actualizar el blog (porque si no mis ávidos a la par que tocapelotas lectores se me echan encima) se me ha ocurrido dedicar unas líneas a la fantástica Up.

Soy una fanática de Pixar, lo reconozco, y no puedo evitar hablar maravillas de la mayoría de sus películas. ¿Qué le voy a hacer? Sigo siendo de la vieja escuela, de las que le interesa más una historia bien narrada, con ritmo y argumento y en las que, además, lo visual supone un auténtico extra a la hora de potenciar el disfrute de mis sentidos.

Dicho esto, cabe destacar que aquellos con reticencias a la animación deben pensárselo dos veces. No hay nada de infantil en la preciosa historia de amor de la película. Esos apenas 10 o 20 minutos de cine mudo que se nos presenta fotograma a fotograma. Tampoco hay nada infantil en el sentimiento de extrañar, en la pérdida, en la desoladora sensación de necesitar a alguien y que no esté. Y, por supuesto, no hay ni pizca de tono infantil en la maravillosa ilusión de poner en marcha un viaje rumbo a los sueños.

Por todo esto y mucho más (que por razones obvias no debo decir para que veais la peli), Up no es sólo digna de ver si no de admirar. En parte porque supone una inyección de fuerza y, por qué no, de carácter en momentos difíciles y también porque te envuelve y hace brotar sentimientos y recuerdos de una manera impensable.

Y todo esto lo dice una persona que no se considera especialmente pastelosa ni ñoña, pero que puso perdidos de lágrimas los cristales de sus gafas 3D (si fui yo, ¡perdón!) Y que, seguramente, al verla otra vez, volvería a hacerlo.

sábado, 9 de enero de 2010

Porca miseria...

Cuando abres un sobre que contiene información sobre tus movimientos bancarios y te das cuenta, con enorme desasosiego e impresión, de que tu paga extra de navidad son 30,25 euros te preguntas porqué el banco ha decidido desperdiciar papel con tales fines.

En las noticias cuando se habla del trabajo precario se ofrecen datos un tanto lejanos. Que si hay tantos millones de parados, que si la bolsa de la compra, que si los datos de la economía doméstica, que si el salario mínimo… ¡cifras, cifras, cifras! A mí nunca se me dieron bien las matemáticas, la verdad, así que mejor os expongo un par de datos cercanos y ejemplarizantes de la situación que nos ocupa sin ponernos muy grandilocuentes.

- 4,64: lo que cobra mucha gente a la hora. Con ese sueldazo hacen falta tres horas de incansable trabajo para poder pagar, por ejemplo, una entrada de cine (true story).

- 710: el sueldo medio de mucha gente que trabaja en tiendas durante 40 horas semanales (lo que implica 6 días a la semana) Como podéis observar, con ese sueldo no da, ni de lejos, para independizarse porque tan solo el alquiler de un piso, no muy caro y por supuesto, no en el centro, te consume el sueldo prácticamente entero. Ya si quieres pagarte lujos como agua, comida, calefacción…eso es cosa tuya.

- 30,25: el extra de navidad con el que consigues regalar a tus allegados bolsas de pipas por doquier. Pero no importa, porque si haces el amigo invisible siempre puedes utilizar aquello de “¿pero porque te enfadas?, ¿acaso no te parece gracioso?" En fin…

Afortunadamente, no tenemos que vivir así. Oh wait!